PRISIONEROS DE GUERRA EN LA DIPUTACIÓN DE PONTEVEDRA (1937-1939)

El trabajo forzado de los penados, habitual en otros períodos históricos, fue recuperado en España en 1911 con la promulgación de un real decreto que regulaba la utilización de presos en la ejecución de obras públicas. Suprimido durante la II República, el sistema fue recuperado en la Guerra Civil, cuando el 26 de diciembre de 1936 se promulgó un decreto que regulaba el establecimiento de campos de trabajo, en los que se aprovecharía la mano de obra de aquellos que habían sido condenados por conspirar contra el Gobierno republicano para realizar obras públicas de diversa índole. No obstante, donde se plasmó con toda su crudeza el trabajo forzado de presos fue en la denominada zona nacional, la del bando sublevado, y posteriormente en la España del franquismo, bajo muy diversas modalidades como batallones disciplinarios de trabajadores, colonias penitenciarias militarizadas o destacamentos penais.

Cárcel de A Parda, Pontevedra
Cárcel de A Parda, Pontevedra. Antonio Núñez Vila
Fondos gráficos del Servicio de Patrimonio Documental y Bibiliográfico de la Diputación

 

Al inicio de la Guerra Civil en 1936, los golpistas crearon los primeros batallones de trabajadores dependientes de unidades militares. En mayo de 1937 Francisco Franco firmó un decreto por el que se concedía, bajo el siguiente eufemismo, el "derecho al trabajo" a los prisioneros de guerra y presos por delitos no comunes, que fue la base para el establecimiento de un doble sistema de trabajos forzados:

  • En primer lugar, un sistema de redención de penas por el trabajo, destinado a personas que habían sido condenadas por los tribunales militares a penas de cárcel. Este sistema fue creado por la Orden del Ministerio de Justicia de 7 de octubre de 1938 y permitía a los condenados redimir días de cárcel por días de trabajo remunerado.
  • En segundo lugar, un sistema de batallones de trabajadores en los que se encuadraban personas clasificadas como desafectas al llamado Movimiento Nacional que, sin embargo, no tenían condenas de los tribunales.

En julio de 1937 se creó la Inspección de Campos de Concentración de Prisioneros. El sistema preveía la concentración de los opositores y desafectos en campos y depósitos de prisioneros donde se llevaba a cabo la clasificación en dos grupos:

  • El primero era el de aquellos que, tras ser acusados formalmente de un delito, debían ser juzgados por los tribunales militares.
  • El segundo grupo lo formaban el resto, los prisioneros no procesados judicialmente pero clasificados como desafectos o afectos dudosos, que eran destinados a los batallones de trabajadores. Esos batallones funcionaron entre 1937 y 1940 y dependían directamente de la Inspección de Campos de Concentración de Prisioneros.

Fuentes:

Cárcere da Parda, Pontevedra
Batallón disciplinario de San Roque
Fondos gráficos del Servicio de Patrimonio Documental y Bibiliográfico de la Diputación.  Colección documental Memoria Histórica – Programa Cae de Caixón - Fondos de Olga 

 

La Diputación de Pontevedra, una vez que recibió la circular de la Junta Técnica de Burgos, propuso a la Autoridad Militar la ejecución de algunas de las obras en curso con prisioneros de guerra, antes de proceder a la formación de la relación de obras que en dicha circular se pedía. Esta autoridad aceptó la propuesta y puso a disposición de la Diputación 70 prisioneros de guerra y más tarde otros 60 más, procedentes del Batallón de Trabajadores número 21 Canero (León), destinado a las obras provinciales siguientes:

  • Camino núm. 139 Ponte Verdugo-Covelo, 1.ª sección (A Lama)
  • Relleno de las marismas de A Seca (Pontevedra)
  • Camino de Panxón a Monteferro (Nigrán)
  • Camino del sanatorio de O Rebullón (Mos)

Textos: Elena Aguete Landín

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