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Acta de sesión 1982/04/19_Extraordinaria

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  • Código(s) de referencia ES.GA.36038.ADPO.1.1.3.3.13.080/1.1982-04-19_Extraordinaria

  • Título Acta de sesión 1982/04/19_Extraordinaria

  • Data(s) 1982-04-19 (Creación)

  • Volume e soporte 1 acta de sesión

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  • Alcance e contido Folla: 1C8075279 De la sesión Extraordinaria en primera convocatoria, celebrada por el Pleno de esta Excma. Diputación el día, 19 de abril de 1982 En el Salón de Sesiones de la Excma. Diputación Provincial de Pontevedra, siendo las doce horas y veinticinco minutos, del día diecinueve de abril de mil novecientos ochenta y dos, bajo la presidencia del Ilmo. Sr. Presidente D. Federico Cifuentes Pérez y con la asistencia del Ilmo. Sr. Vicepresidente D. Eladio Portela Paz, se reunieron en sesión extraordinaria los Sres. Diputados D. Modesto Barcia Lago, D. José Manuel Barros González, D. Manuel Brea Porto, D. Victorino Calvo Piñeiro, D. José Campos Medina, D. Jorge Casal Pintos, D. José Manuel Castedo Villar, D. José Costa Díaz, D. Luis Antonio Crespo Barros, D. Casimiro Fernández Otero, D. Sergio Iglesias Pazos, D. César López Freire, D. Antonio Martínez Vicente, D. César José Mera Rodríguez, D. José Antonio Molinos Rivera, D. José Luis Nogueira Rodríguez, D. Luciano Piñeiro Bermúdez, D. Benigno Rodríguez Quintas, D. Francisco Tizón Pan, D. Julián A. Troncoso Montero, D. José Javier Varona Para y D. Lino Braulio Velo Amaro, con el objeto de, celebrar sesión extraordinaria de la Diputación en Pleno, en Primera Convocatoria, con arreglo al correspondiente Orden del Día. A efecto de votaciones se hace constar que la Corporación está formada por veintisiete Diputados de hecho y de derecho, incluido el Presidente. Da fe del acto el Secretario General, D. José Fariña Jamardo, y está presente el Interventor de Fondos Provinciales, D. Fernando Pedrosa Roldan. Justifican su falta de asistencia, los Sres. Diputados D. Jesús Duran Martínez, D. Julio Riera Nieves y D. José Alfredo Bea Gondar. Por tratarse de una sesión de Hermanamiento están también presentes el Presidente de la Municipalidad del Cantón Central de San José de Costa Rica, D. Guido Granados Ramírez, los Regidores D. Álvaro Palomo Rojas y D. Raúl Álvarez Muñoz y el Diputado D. Roberto Tovar, y en lugares destacados dentro del Salón asisten al acto las Autoridades Provinciales, Civiles y Militares, Cuerpo Consular, Parlamentarios, Alcaldes, Directores de los Medios de Comunicación, Funcionarios y otras representaciones provinciales, y público en general. El Sr. Presidente abre el acto con las siguientes palabras: Excmos. e Ilmos. Señores, Señoras, Honorable Cuerpo Consular, da comienzo la sesión extraordinaria de esta Diputación provincial correspondiente al día de la fecha. Tiene la palabra el Sr. Secretario General. Por el Secretario General actuante, se procede seguidamente a dar lectura al acuerdo 75 de la Excma. Corporación provincial de 18 de febrero de este año, sobre aprobación del Hermanamiento con San José de Costa Rica, y al acuerdo número 1, art. 1 de la sesión ordinaria número 667 de la Corporación del Cantón Central de San José, de 1º de marzo de este año, por el que se acepta este Hermanamiento. Terminada la lectura de los acuerdos de las dos Corporaciones, el Sr. Presidente declara formalmente constituido el Hermanamiento entre la Provincia de Pontevedra y la Municipalidad del Cantón Central de San José de Costa Rica, pronunciando a continuación el siguiente discurso: La Diputación Provincial de Pontevedra que me honro en presidir, tomó la iniciativa del Hermanamiento, que acaba de formalizarse en este acto, entre nuestra provincia y la Municipalidad del Cantón Central de San José de Costa Rica. Por la lectura de la Moción, que en su día tuve a bien presentar ante el Pleno de esta Corporación, han conocido las razones y los motivos que impulsaron a este acto. Tuvimos, después, noticias de la gentil correspondencia que nuestros hermanos de Costa Rica dispensaron a nuestro acuerdo y supimos aún con cuanta emoción y complacencia fue aceptada. Y hoy, para reafirmar todos estos nobles y bellos sentimientos, tenemos el alto honor y, a la vez, la gozosa satisfacción de recibir en nuestra Diputación, que es decir en nuestra Provincia, la representación personal de San José de Costa Rica, integrada por los Excmos. Sres. D. Guido Granados, D. Roberto Tovar, D. Álvaro Palomo y D. Raúl Álvarez Muñoz; y por el Vicecónsul de aquel país en Barcelona, Honorable Sr. D. Rodolfo Tovar, en representación este último del Cuerpo Consular acreditado en España. Para dar testimonio, categoría y cordialidad al acto, aquí están presentes las primeras autoridades provinciales, Parlamentarias, Honorable Cuerpo Consular, medios de comunicación, Alcaldes y Funcionarios de esta Casa. A todos ustedes el agradecimiento sincero de la Corporación por su asistencia; a nuestro colegas y amigos Costarricenses, el saludo sencillo, familiar, profundo y entrañable que solo se dispensa a los hermanos. ¡Bienvenidos a casa!. Nos encontramos, amigos, en Pontevedra, Pontevedra es un amable rincón de España. Es una vieja tierra gallega, frente al mar que mira a América. No creáis que esto que os digo, es sólo una frase de mejor o peor fortuna, es una definición; y como toda definición encierra en sí la abstracción lógica de un concepto: De mi concepto de Pontevedra que querría transmitirnos a modo de saludo para que, con sus ecos, empezarais a recorrer sus itinerarios. A mí me parece que las tierras y los países, como las personas, tienen tanta mas identidad cuanto más profundas son sus raíces y más ricas las corrientes subterráneas que las alimentan. Pues bien, yo os aseguro que la provincia de Pontevedra es una tierra de una enorme identidad, de una espléndida personalidad, porque al ser una vieja tierra tiene profundas raíces, sobre todo tres profundas raíces, que se asientan en los inagotables veneros de lo español, de lo gallego y de lo americano. Estáis en una tierra que tiene a gala ser española. Que tiene conciencia de su enorme contribución a la secular construcción de esa realidad que se llama España. Que, desde la romanización, entreteje su propia historia con la historia común española. Que sabe que sus mejores hombres de la milicia, de la Iglesia, de la política, de la empresa, de la literatura, del pensamiento y del arte, nacidos en estos parajes, se han incorporado sin recato, con legítimo orgullo de gallegos y de españoles al esfuerzo colectivo de construir España y que, por lo mismo, sus nombres y sus obras son patrimonio de su historia. Y esto hay que decirlo hoy con claridad y con limpieza. Porque cuando, por mandato constitucional, según la voluntad mayoritaria del pueblo se está empezando a componer el difícil y complejo Estado de las Autonomías, toda tibieza en ese aspecto puede dar lugar a malentendido s y dudosas interpretaciones alejadas de ese sentimiento, profundamente españolista que yo estoy seguro que alimenta una de las raíces de este pueblo. El segundo asidero espiritual de la tierra pontevedresa en su profunda y refinada galleguidad. Estáis, no lo dudéis, en el centro de lo auténticamente gallego. La provincia de Pontevedra es una síntesis afortunada, un apretado, palpitante y sabroso resumen de las viejas y mejores esencias gallegas, de las formas de vida que caracterizan el modo de ser de este singular pueblo. En esta provincia se conjuga la altivez y el rigor de las tierras altas de Lalín, Forcarei, A Estrada, Cerdedo, Cotobade y A Cañiza, con las suaves ondulaciones de Ponte Caldelas y Pazos de Borben, las feraces comarcas de los valles del Condado, de Caldas de Reis y el Salnes, con las riberas lujuriosas de nuestros dos fronterizos ríos: el bullicioso y portentoso Ulla y el placido y ancho Miño, que hasta en eso se diferencia y se complementa nuestra tierra, según se aborde por el Norte o Sur. Y sobre ese eje de simetría, hacía Occidente, la hermosa maravilla de las tres Rías, Arousa, Pontevedra y Vigo, con sus comarcas y el formidable acantilado costero entre Baiona y A Guarda, festonean nuestra frontera con el mar, con el "Plus Ultra" de nuestros esforzados navegantes que hicieron posible nuestro conocimiento y nuestra identidad de lengua, de pensamiento y de cultura. Sobre esta rica variedad de tierras y comarcas, viven y se afanan los pontevedreses. No los podréis conocer en profundidad durante vuestra corta estancia, y no conocerlos en profundidad, es no conocerlos. Porque son tantos los matices y la hondura y la riqueza de su pensamiento, la gracia o la reciedumbre de su lenguaje, la sorprendente sensatez de sus convicciones y la calma y la serena seguridad de su talante vital, que haría falta que vuestra visita se prolongase mas allá de lo posible para que pudierais apreciar que en cada ejemplar humano de esta provincia están incorporados todos los siglos de ancestral sabiduría popular y la galleguidad más acrisoladas. La tercera raíz está en vosotros. En vuestras benditas y soñadas y anheladas tierras. En la América Hispana, sobre todo. Los puertos de Galicia, y muy en especial el de Vigo, contemplaron desde el siglo XVIII el fecundo transvase de la galleguidad a la América Hispana, que, en mayores o menores proporciones, no ha cesado desde entonces. Y es un hecho cierto que los gallegos de la emigración, con su esforzada constancia, con su colosal laboriosidad, con su fe en el triunfo personal, alentados siempre por el incierto y anhelante retorno a los tantas y tantas veces soñados lugares de origen, han sido los verdaderos artífices del moderno desarrollo de las naciones hispánicas de América. Han sido ellos quiénes han abierto el cauce fecundísimo de la Hispanidad. Ellos quienes han ido reclamando familias y vecinos para ensanchar su presencia. Ellos quiénes han creado las casas y las instituciones, en dónde, no sólo lo gallego, sino todo lo español ha tenido emocionada acogida: ellos quiénes recibieron a los españoles y a los gallegos del destierro, proporcionándoles la seguridad y el sosiego necesario para la continuación de sus creaciones artísticas, literarias, culturales... Ellos, en fin, quiénes en un retorno continuado, sino físico, sí animoso y financiero, salpicaron infinidad de lugares con las mejores escuelas construidas a sus expensas y contribuyeron decisivamente, ayer corno hoy, a que las fiestas populares de las parroquias y las entrañables romerías hayan podido seguir celebrándose. Este es el cauce, maravillosamente fecundo, de la galleguidad Hispanoamericana. Por eso, todos los españoles de allá son, por extensión, gallegos. Por eso, todo lo de acá, pero en especial lo que concierne a Galicia, despierta en vuestros pueblos tanto interés y expectativa. Hoy, tras muchos ,años de aparentes más que reales silencios y distancias, se quiere, de nuevo, estar presente en el mundo hispánico de América. Pero España entera tiene que saber de una vez que todas las acciones dirigidas hacia Hispanoamérica tienen que pasar, para ser fecundas, por el meridiano de Galicia ... ¿Comprendéis ahora nuestro interés por realizar con dignidad y con vuestra presencia este Hermanamiento?.. Hace ahora tres años, en estos mismos días, se constituyeron los primeros Ayuntamientos y Diputaciones democráticos en nuestro país de la nueva singladura política inaugurada y pilotada por Su Majestad D. Juan Carlos I, Rey de España, a quién vuestro pueblo saludó con ocasión de su visita, con un hermosísimo reproche lleno de amor y de complacencia: Hace 430 años, Señor, que os estamos esperando... Nos ha parecido que ningún acto podría tener más relieve para celebrar esta efeméride gozosa, que tener en nuestra Casa, en nuestra Diputación, en nuestra provincia, a los representantes de un pueblo hermano, que, allá, en la América Hispana, ha hecho de su amor y su devoción por la democracia un ejemplo vivo y una bandera de esperanza para tantos y tantos seres humanos que están empeñados en asirse a ella con la mas digna forma de vida en común. Para vosotros, amigos, hermanos de ese gran pueblo, nuestra admiración, nuestro respeto y nuestra más cordial bienvenida. Muchas gracias. La presidencia concede la palabra al Excmo. Sr. D. Guido Granados Ramírez, Presidente de la Municipalidad del Cantón Central de San José de Costa Rica, quién pronuncia el siguiente discurso: Excmos. e Ilmos. representantes de las autoridades provinciales, del Cuerpo Consular, Sras. y Sres., para nosotros los costarricenses venir a la Madre Patria, cruzar el Océano Atlántico, y estar en una provincia como Pontevedra, nos llena de gran emoción, es como el hijo perdido que después de muchos años viene a ver a sus padres y en el corto tiempo que tenemos hoy acá, hemos podido ir conociendo las razones y los motivos de muchas de nuestras tradiciones. Sorprendentemente ayer, cuando llegamos a Pontevedra, comenzábamos a encontrar la explicación de una gran cantidad de tradiciones en nuestro país. Costa Rica que fue descubierta en el cuarto viaje de Cristóbal Colón, se ha mantenido después del descubrimiento, como una de las provincias primero y después como uno de los estados, pequeño en territorio, pobre, pero con una gran riqueza espiritual y fundamentalmente con un respeto a las tradiciones españolas en su tradición, en su respeto a la dignidad humana, y sobre todo apuñando las costumbres de nuestros indígenas, y forjándolas con las virtudes de los españoles, ha logrado labrarse una democracia en América y en Centro América, que nosotros no nos cansamos de repetir en el Mundo, como un pequeño ejemplo de lo que puede ser un país pequeño y pobre en el concierto mundial actualmente atormentado. Hoy, Centro América padece unas circunstancias especiales, y las convulsiones de la época moderna, hacen que Costa Rica destaque, no en las noticias de los periódicos y de los cables, por su situación especial, sino que hace que Costa Rica destaque por su tranquilidad y por su democracia. Nosotros muchas veces nos sorprendemos de que en el tratamiento a las pequeñas repúblicas Centro Americanas no se establezca diferencia entre lo que se da en una de ellas y lo que se da en Costa Rica, leemos los cables internacionales y generalmente dicen, Centro América esta en guerra, en Centro América no se respetan los derechos humanos, en Centro América está el terrorismo, en Centro América hay intranquilidad, en Centro América hay dictadura; nosotros hemos venido a acá, no solamente a abrazar a nuestros hermanos de Pontevedra, sino aprovechando nuestra estadía decir un poco de lo que es Costa Rica, en su tranquilidad y en su pobreza, donde en las viejas crónicas coloniales los Gobernadores españoles de esa época, tenían que cultivar la tierra para poder vivir, y después de haber forjado nuestra cultura, mediante el aporte de grandes pensadores españoles, hemos marchado, en algunos casos con dificultad, para tener hoy en día un democracia ejemplar y un país tranquilo, convulsionado por la situación económica actual, pero definitivamente tranquilo, y definitivamente democrático. Para muchos personas sorprende cuando nosotros decimos, casi con gran orgullo, que Costa Rica no tiene ejército, sorprende sobre todo, en una época en la cual los aspectos militares y todas las situaciones mundiales hacen necesario la constitución de un ejército. Desde 1948, Costa Rica prescindió de ese ejército y ha podido marchar por la senda de la democracia tranquilamente, y ha vivido tranquilamente con sus vecinos, y ha estado tranquilamente, y aspira a seguir viviendo tranquilamente. Desde luego esto no es una censura a todo el resto de países del mundo que tienen ejército, solamente que nosotros queremos decir que Costa Rica, la pequeña Costa Rica, escogió una solución a su manera, una fórmula muy especial de vivir en paz con sus vecinos, de vivir en paz en el mundo, sin necesidad de un ejército, y generalmente también decimos, que nuestro ejército lo constituyen los maestros, lo constituyen los educadores, y efectivamente eso ha sido y es nuestro ejército, eso ha sido y es nuestra carta de presentación en el mundo, una acendrada devoción por la democracia, una acendrada devoción y defensa por los derechos humanos, a pesar de que internamente tengamos los debates políticos, las luchas políticas propias de un país de Hispanoamérica. Estamos hoy acá y nos sentimos igual que en las tradiciones indígenas de nuestro país, que no existen puertas, y que la costumbre de nuestros indígenas, es una casa sin puertas, y entre primero y salude después; nosotros nos encontramos en Pontevedra como en nuestra casa, nos encontramos como en las viejas tradiciones indígenas de que no encontramos una puerta acá, sino que hemos visto un pueblo hermano, Y ahora hemos estado saludándolo. Nosotros traemos un mensaje de fraternidad, un mensaje de amor, de cariño y de respeto para nuestros hermanos gallegos, traemos un mensaje de solidaridad, un mensaje de amor y de respeto a esa democracia Y a esa dignidad humana que es nuestra carta de presentación. Reciba el Excmo. e Ilmo. D. Federico Cifuentes Pérez, Presidente de la Diputación Provincial, nuestro abrazo cariñoso y respetuoso de la pequeña y gran Costa Rica que hoy viene a celebrar con Vds. la Hermandad de Pontevedra y San José de Costa Rica. Muchas Gracias. El Presidente de la Municipalidad del Cantón Central de San José de Costa Rica hace entrega al Presidente de la Excma. Diputación Provincial de Pontevedra del acuerdo de Hermandad, de un ejemplar de la edición oficial de la Constitución de dicha República, y de otros obsequios en nombre de la Entidad que representa. Seguidamente son interpretados los Himnos de Costa Rica, Galicia y España. Y no siendo otro el objeto de esta sesión extraordinaria, por la Presidencia, siendo las trece horas y diez minutos del expresado día, se da por terminada la sesión y de ella se extiende la presente Acta, que firmaran los asistentes conmigo el Secretario que certifico. ------

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